Dicen que los teléfonos móviles nos están haciendo antisociales. ¿Quién no ha quedado a comer con un grupo de amigos? No falla, todos están pegados a sus smartphones viendo gifs chorras de gatitos en Twitter o cotilleando en Facebook. Lo peor es que a tus amigos de Facebook los tienes en ese mismo momento sentados en la mesa. Sin embargo, Chromecast permite lo contrario: pasar un rato agradable con tus más allegados delante de la televisión.
Chromecast es un dongle que conectas a tu televisión al puerto HDMI de ésta y te permite enviar contenido multimedia a la televisión. Entre el contenido que puedes enviar, destaca YouTube (la plataforma de vídeos por excelencia) así como series y películas de Netflix o de Wuaki TV. También programas de televisión de Atresmedia (Antena 3 y La Sexta principalmente). Y por supuesto sin cortes ni publicidad, salvo que haya que hacer un descanso de rigor para ir al baño o preparar un bol de palomitas.
Si os soy sincero y a pesar de llevar varios años en el mercado, nunca había probado un Chromecast ni Netflix. De ahí el motivo de este post: analizar tanto las posibilidades del Chromecast como todo lo que puedes ver en Netflix, que dicho sea de paso, no tiene un catálogo completo ni de series ni de peliculas. En cualquier caso, merece la pena pagar los escasos 12€ que cuesta al mes.
Puesto que vamos a analizar dos servicios (Chromecast y Netflix) en un mismo post, vayamos por partes.
Chromecast
Chromecast no es un centro multimedia convencional. No tiene disco duro para almacenar películas ni nada por el estilo. Chromecast es un dongle WiFi al que puedes enviar contenido para reproducirlo en la TV desde tu móvil o desde tu ordenador –es compatible con Chrome en Windows y macOS–.
Por ejemplo, desde el navegador Chrome, puedes enviar una pestaña que se verá a pantalla completa en la televisión. También puedes enviar la pantalla de tu móvil Android (desde la versión 5.0 del sistema operativo). Enviar la pantalla completa desde iPhone (iOS en realidad, pues tampoco es compatible en este aspecto con iPad) no es posible y esta característica Apple se la ha reservado en exclusiva para el Apple TV. Sin embargo, aunque útil, tiene aplicaciones mucho más interesantes que éstas. Veámoslas.
Lo realmente interesante de Chromecast reside en las aplicaciones, tanto de la propia Google como de terceros. Así pues, con un simple clic en tu móvil (y esto sí que es compatible con iPhone, iPad y cualquier móvil o tableta Android) puedes ver un vídeo de YouTube en la televisión. Además, si activas el "modo invitado", cualquier persona que esté conectada a la WiFi de tu casa puede enviar vídeos de YouTube. Y sin configurar nada, la app de YouTube detecta el Chromecast y le da la opción al usuario enviar el vídeo. La usabilidad y facilidad de uso con la que ha diseñado Google el Chromecast es simplemente exquisita.
Por cierto, el Chromecast sólo cuesta 40€. Por este precio se convierte en un gadget para el hogar imprescindible. Y es fácil conseguirlo, no solo en la Google Store online, también en otros muchos puntos de venta como El Corte Inglés, Carrefour o PcComponentes.
Netflix
El Chromecast no se podría entender sin Netflix. Netflix es una plataforma en la que puedes ver un amplio catálogo de series y películas. Mucho de este contenido, por cierto, es producido por ellos mismos.
El uso de Netflix con Chromecast es espectacular. Simplemente instalas la app de Netflix en tu móvil (como decimos, también lo puedes hacer desde tu propio portátil), localizas una serie o tu película favorita, pulsas en el icono de "enviar a Chromecast" y listo. En cuestión de segundos estarás visualizando el contenido.
Una de las ventajas de Chromecast es que el contenido que envíes al mismo no pasa por el móvil. Me explico: enviar un vídeo al Chromecast singnifica que le das la orden al Chromecast para que lo descargue y reproduzca. Es decir, el contenido no pasa por el móvil (lo que por otro lado, ralentizaría el vídeo). Dicho de otra manera: tu smartphone funciona como un mero mando a distancia.
Netflix tiene tres modalidades: la básica por 7,99€ (Sin contenido HD y solo puedes reproducir al mismo tiempo en una pantalla); la HD por 9,99€; y la más avanzada por 11,99€, que te permite el visionado simulánero en cuatro pantallas.
Eso sí, no todo es color de rosas en Netflix. Y es que no dispone de todos los títulos, ni de series ni de peliculas. Por ejemplo, en Netflix **no podrás ver Juego de Tronos*. Otra de mis series favoritas, como es Better Call Saul, solo tiene la primera temporada. Y lo mismo con un montón de series y películas, que de ninguna manera están disponibles en el catálogo de Netflix y la única manera de visionarios es realizar otro tipo de prácticas más oscuras.
Una pena que las distribuidoras de contenidos aún no se hayan adaptado al siglo XXI. Y es que estoy seguro que si Netflix tuviese una oferta más amplia, la mayoría estaría dispuesto a pagar y se acabaría de una vez por toda la piratería.
Por cierto, en este post de Genbeta hablan sobre compartir cuentas de Netflix y lo más curioso de todo es que la empresa Netflix sabe que es un hecho habitual entre familiares y no tienen ningún problema con ello.